martes, 14 de abril de 2009

¿Otro extraño visitante o anuncio de mal presagio?


Una rara especie de pez, de aspecto fantasmagórico, nunca antes visto por esas costas capturó un pescador de la ciudad de Baracoa en la mañana del sábado 7 de febrero de 2009, hecho que dejó estupefactos a los testigos de un hallazgo convertido en noticia que corrió como pólvora por la Cuidad Primada de Cuba.

La sensacional captura de algo que nadie sabía a ciencia cierta qué era se sumó a las especulaciones de quienes en Baracoa a exactamente un año de distancia en el Tiempo dejaron correr la imaginación en relación con otro raro aconteciendo en las mismas las costas de la primera villa fundada por los españoles en la mayor de las Antillas: la visita de ballenas jorobadas.

Para muchos el periplo de los cetáceos, juguetones y amorosos era un mal augurio “confirmado” un mes más tarde, el 20 de marzo en horas de la tarde, cuando un mar de leva irrumpió en el malecón baracoense con olas de hasta 5 metros de altura, fenómeno natural causante de grandes daños y pérdidas materiales en viviendas e inmuebles aledaños al paseo marino.

En septiembre del mismo año, imágenes de olas parecidas a tsunamis en el malecón baracoense recorrieron el mundo mostrando la fuerza destructora del mar al paso del huracán Ike por la costa norte de nuestra isla.

Muchos de los habitantes atribuyeron esas catástrofes naturales a la presencia de las ballenas en meses anteriores pero especialistas y biólogos marinos explicaron que la errática visita de estos gigantes marinos se debía a los efectos del cambio climático en nuestro planeta.

La extraña especie capturada también accidentalmente en febrero en las costas de Baracoa e identificada como un pez murciélago de labios rojos, (Ogcocephalus porrectus), dimensiones de entre nueve y 15 centímetros se integra a las fabulaciones populares.

De morfología triangular, con cabeza y cuerpo aplastados, cubierto de escamas y espinas; color canela con manchas pardo oscuro “tocado” de dos lunares de dos centímetros de diámetro, labios rojo brillante y cola bandas el raro animal gusta posarse sobre sus aletas en fondos de arena o grava.

La especie es endémica de las islas Galápagos, y a diferencia de nuestras gigantescas enamoradas es generalmente solitario y sólo por ocasión nada en grupos dispersos por el fondo marino.

Esperemos que esta vez la presencia del pez murciélago en aguas baracoenses haya sido solo una visita de cortesía de un ejemplar único en su especie y tan lejano a nuestras costas en un viaje de exploración en busca de un nuevo hábitat para sus semejantes que prefieren adaptarse al cambio ecológico y no perecer en el proceso.